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El que está fuera del mundo estorba al mundo.

Este proverbio hindú define muy bien el trabajo de Rezvan Kani, quien examina las almas sin juzgarlas.

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De origen iraní, Rezvan Kani vive en Andorra desde 1979. Con el título de arquitecto en su haber, nada más llegar al Principado dirige sus pasos hacia la pintura. Profundamente impregnada de la Historia milenaria de Persia, pero con una mirada peligrosamente contemporánea, su dulzor oriental esconde ese fuerte poder de análisis que caracteriza a la Mujer.

Las críticas son muchas y unánimes: las personalidades artísticas y políticas se deshacen en elogios; su obra es amenudo comparada a la de Chagal, Picasso o Cocteau. Rezvan, engañosamente tímida pero verdaderamente púdica, rechazaría probablemente estas líneas, pero poco importa pues no es ella la encargada de escribirlas.

La escritura es su pintura. ¿Escritura primitiva o pintura contemporanea? Aquí, no valen grabados ingenuos ni naturalezas muertas; Rezvan Kani pinta al hombre, o mas bien lo describe, en lo bueno y en lo malo. Amor y odio, ternura y brutalidad, todo esta permitido… Su Graal es una búsqueda constante, una traducción pictórica de las tensiones vitales: ¿no nace el equilibrio del caos? Y, para ello, Rezvan Kani no necesita vivir en ruidosas y frenéticas capitales. Los medios de comunicación ya las retratan con abundancia.

 Hablando de este tema, el Diari d’Andorra, uno de los periodicos nacionales, le dedica una exposición de fotos de actualidad desviadas. En ellas, Rezvan profundiza las múltiples posibilidades que ofrecen las técnicas mixtas de pintura y fotografía. Tras años de investigación, hoy sus telas reflejan una sutil pincelada de arte primitivo y africano, incluso precolombino, teñida de colores típicamente orientales.

Rezvan posee, es evidente, la armonia de aquellos que han escogido los caminos de la tolerancia y la pluralidad cultural. Y es una parte de ella, o más bien un fragmento de humanidad, lo que usted poseerá cuando cuelgue un cuadro suyo en su casa. Es uno de los pocos privilegios que quedan hoy en día. Cuando no expone, Rezvan recibe con previa cita, en su estudio, lo que resulta ser una inmejorable ocasion de descubrir una auténtica casa andorrana.

Philippe Delécluse